En nuestra Regla 62ª se indica que "El hábito de nuestra Hermandad es la túnica negra con botonaduras y bocamangas verdes, con ribetes del mismo color verde a lo largo de la botonadura. Sobre la túnica se colocará una capa de color negro anudada al cuello por lazo de color verde. Gola en el cuello de color blanco cosida sobre lazo de color verde. La cara irá cubierta de antifaz del mismo color verde y alrededor de la cintura se colocará un cordón amarillo y verde anudado a la izquierda para recoger la túnica. Los zapatos y calcetines serán de color negro. Sobre la capa, en el hombro izquierdo, deberá colocarse el escudo de la Hermandad, que deberá ajustarse a la descripción que de este se hace en la Regla 7 de las presentes Reglas".
En esta hermandad las mujeres ocupan un lugar privilegiado en la cofradía, ellas tienen el honor de procesionar tras el Santísimo Cristo de la Vera-Cruz luciendo mantilla negra. Destacada la enorme filas de hermanas que portan velas blancas para iluminar a María Santísma de las Angustias Coronada, en la tarde y madrugada del Jueves Santo. Entre estas filas de mantillas, tambien hacen su estación de penitencia las pequeñas ataviadas de traje de Ángel formando filas tras el Simpecado.
Con la incorporación de la cofradía en la Madrugada del Viernes Santo en 1985, se rescataba -tras haber desaparecido en 1972- el tramo de mujeres con cirios ante la Santísima Virgen. El esplendor del Jueves Santo logró su máxima expresión, manifestando un signo único en Alcalá del Río con una cofradía que comienza donde acaba: expresa su máxima solemnidad en cada minuto de tan hermosa celebración cristiana.
En este tramo iban nuestras hermanas -desde tiempos inmemoriales- acompañando a María Santísima portando un original hachón de madera coronado con una copa de orfebrería plateada en su extremo, en forma de flor, para sostener un cirio y recoger la cera desprendida de la llama: un símbolo crucero muy característico y llamado popularmente en Alcalá del Río como “el cirio”. Un elemento particular de esta Hermandad y que a día de hoy queda puesto en valor con la edición realizada por los talleres de Orfebrería Villarreal que hacen del cirio crucero toda una joya -patrimonial y simbólica- para quien lo posee. De hecho, las hermanas le graban sus nombres con la intención de heredarlo para las generaciones venideras. Así, este tramo ante la Virgen está cargado de simbolismo: en él se entremezclan mujeres cruceras de diversas edades que, vistiendo las mejores galas y ropajes de abrigo para soportar la gélida madrugada, irradian una admirable felicidad y un emocionante sentimiento de orgullo y plenitud por ir tan cerca de Nuestra Bendita Madre, paseando elegante y majestuosamente por las calles de Alcalá del Río.
Es también significativo cómo, por la escasa amplitud del centro histórico de Alcalá y la longitud y magnificencia de nuestra cofradía, en algunos puntos del recorrido, el Palio de Nuestra Señora avanza adentrándose en el cortejo y llegando a la altura de las últimas hermanas con el cirio. Este instante es mágico, conmovedor, por cuanto se une la emoción de ver pasar ante tus ojos a María Santísima de las Angustias en las últimas horas del día, en su portentoso paso de palio portada por los hermanos nazarenos. El frío o el cansancio parecen volar del ánimo por cuanto la Virgen y su bellísima mirada te recompone en cuerpo y alma.