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XLVII Aniversario de la Coronación Canónica de María Santísima de las Angustias
En los albores de la década de los 70 del siglo pasado, se respiraban aires de cambio en todos los sectores de la sociedad; políticos, económicos y religiosos.
Por aquel entonces, el matrimonio compuesto por nuestros Hermanos D. José Parrado Quiles y Dña. Edelmira García Mirot, ofrecieron hacer un regalo a la Virgen de las Angustias: una Corona de Oro y piedras preciosas que adornaran las sienes de Nuestra Bendita Madre. Nuestra Hermandad, vió en este hecho, la posibilidad de llevar a la práctica lo que tenían en mente, y realizar un acto que conmoviera los cimientos de toda la vida social y cofrade de Alcalá: una acción que adquiriese una trascendencia sin parangón en la historia de nuestra Hermandad y de nuestro pueblo.
Conforme se iba acercando, y a pesar de que, curiosamente, la Hermandad había pensado una fecha durante la última quincena de septiembre, no sería hasta el domingo 10 de octubre, a las 7 y media de la tarde, cuando el Cardenal fijó su compromiso de asistencia. No pudo ser mejor la fecha elegida.
Nada se dejó en improvisación: todo con la solemnidad y el buen hacer que caracteriza a nuestra Hermandad.
Así, comenzaron los actos el jueves, 7 de octubre, primer jueves de mes, a las 7 de la mañana, nuestros Titulares salían en Rosario hacia la Iglesia Parroquial, para celebrar los cultos programados. De la misma forma que en la procesión de Madrugada de mayo. Aún se recuerda la cantidad de hermanos, fieles y devotos que acudieron a este Rosario cantado: algunos incluso lo hicieron a pie desde los poblados vecinos más cercanos para no dejar de presenciar algo de tan magnitud, insólito. En esta ocasión, la Virgen lucía su indumentaria de hebrea.
La tarde de los días 7, 8 y 9 de octubre, en la Parroquia, tuvo lugar el Triduo preparatorio a la Coronación, cuya predicación estuvo a cargo de D. Manuel Garrido Orta, de especial vinculación con nuestra Hermandad. A la finalización del triduo, el sábado, las imágenes quedaron expuestas en devoto Besapiés y Besamanos.
El acto principal tuvo una gran resonancia social al aparecer, la mañana del 9 de octubre, la Virgen como portada del diario con más difusión de Andalucía: el ABC.
La esperada mañana del 10 de octubre llegó con la Banda de Marinería de San Fernando anunciando a Alcalá entera que el gran día había llegado. Asimismo, la Junta de Gobierno daba forma a una obra social para con nuestro pueblo, ante la magnitud de este acontecimiento sin igual: se repartieron generosos lotes de comida y ayudas a varias familias necesitadas; además de realizarse un donativo especial a Cáritas.
La Solemne Función, cantada por la Escolanía Virgen de los Reyes, contó con una nutrida asistencia de representaciones entre las que, además de las hermandades locales, se encontraban alcaldes de las poblaciones cercanas y hermandades sevillanas como la de la Macarena, Gran Poder, Soledad de San Lorenzo y Vera-Cruz, por su especial vinculación con nuestra corporación.
Su eminencia, el Cardenal-Arzobispo de Sevilla, en la homilía del Pontifical de la Coronación, pronunció unas palabras que se grabaron a fuego en las conciencias y en los corazones de todos los Hermanos: “Yo pongo ahora sobre las sienes de vuestra Bendita Virgen de las Angustias una simple corona de oro. Pero la verdadera corona, la de mayor valor, es la Corona del Amor y ésta la pondréis luego vosotros con vuestro amor por Ella, con vuestra vida ejemplar y vuestras buenas obras”.
Acto seguido, en el ofertorio de la misa, el Cardenal tomó de mano de los padrinos la preciada joya y se la impuso a la Sagrada Imagen ante la emoción y el llanto contenido de los presentes.
Tras un refrigerio de los asistentes y un pasacalles a los sones de la Marinería y Soria 9, a las 11 de la noche, y sobre el paso dorado del Jueves Santo, la Stma. Virgen, luciendo la nueva corona y bajo los pies del Cristo, salió en triunfal procesión de vuelta a la Ermita. Lucía la saya de Esperanza Elena Caro con bordados de oro del traje de luces donado por Antonio Ordóñez y el manto de tisú blanco. Este grandioso acontecimiento, jamás vivido, fue acompañado de una multitud entusiasmada durante todo el recorrido: nadie había vivido una procesión extraordinaria similar hasta entonces.
Además del eco al día siguiente de toda la prensa, se filmó un reportaje sonoro en 36 mm, comentado por el popular locutor de radio Agustín Navarro.
Siempre se ha dicho que hubo un antes y un después de la Coronación. Realmente constituyó una serie de acontecimientos sin precedentes (triduo, función, besamanos y procesión), unido a un sustrato misionero sin igual.
Así, Nuestra Hermandad ha mantenido hasta nuestros días su misión de caridad y compromiso: coronar a nuestra Bendita Madre, todos y cada uno de los días desde entonces, con una Corona de AMOR hacia el prójimo.
Finalmente, acercándose las fechas del XXV Aniversario de tan inolvidable efeméride, y en atención a que las últimas reformas en la Santa Sede otorgan al Obispo de la Diócesis la facultad de decidir sobre la coronación de una imagen de la Virgen, en julio de 1995, y dentro del programa de actos de tal aniversario (incluido el enhelo de una gran obra social como es la Residencia de ancianos), se comienza a andar el camino para obtener el reconocimiento canónico de aquella Coronación. A todos sorprendió la rapidez de la respuesta positiva de la Iglesia que, en septiembre de ese mismo año se confirma que la Hermandad no sólo celebrará en 1996 el XXV Aniversario de la Coronación, sino que , además, podrá proclamar, con todas las bendiciones de la Iglesia, el carácter canónico de aquella Coronación de 1971, por cuanto se cumplían los requisitos para que así sea. El 29 de abril de 1996, esta confirmación verbal se ve formalmente ratificada mediante Decreto del Excmo. Y Rvdmo. Sr. Arzobispo de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo, con número de protocolo 1138/96.