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Un Jueves Santo histórico

Crónica de los actos cuaresmales de 2019 de la Hermandad de la Vera-Cruz, que culminaron con nuestra Estación de Penitencia a la Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción, de Alcalá del Río

El año 2019 nos ha deparado una intensa Cuaresma, con momentos históricos vividos como la celebración en la Iglesia Parroquial de la Solemne Novena en honor de María Santísima de las Angustias; la permanencia de Nuestros Amantísimos Titulares en el Edificio Vera-Cruz tras concluir tan fervorosos días, expuestos al culto con la mayor solemnidad y tras haber vivido un traslado sencillo y jubiloso difícil de olvidar en la retina de los cruceros.

Mientras se ultimaban los preparativos para el Jueves Santo, contábamos con la devotísima presencia del Cristo de la vera-Cruz y Su Madre en la Casa Hermandad para la presentación del Anuario y de la pintura del cartel del anunciador del Jueves Santo, además del estreno de “Angustias”, por la querida Banda de Presentación al Pueblo, de Dos Hermanas; o reseñable, también, la emoción de tenerlos presente mientras celebrábamos la efeméride del 40º aniversario de la Fundación del Grupo Joven decano de Alcalá del Río, reuniendo a todos los presidentes y miembros de los distintos Grupos Jóvenes que han pasado por esta señera Hermandad.

Una Cuaresma colmada de actos y encuentros cruceros; y una altísima participación en el Retiro Espiritual preparatorio o en el Certamen de Bandas que, con los sones de la Banda de Música del Maestro Tejera, entre otras de gran categoría, supuso un día fraternal y radiante para los hermanos de Vera-Cruz.

Así llegaron nuestros Titulares, de vuelta, a San Gregorio, una vez concluida las obras de rehabilitación que han dado otro aspecto a la Ermita; de nuevo, con el mayor fervor y una pulcra sencillez. Se concluía, este mismo día de traslado, el reparto de papeletas de sitio. La Diputación Mayor de Gobierno se siente realmente agradecida a los 1480 hermanos que se han acercado al Edificio Vera-Cruz a retirar su Papeleta de Sitio. La Cofradía del Jueves Santo, de nuevo, vuelve a ser la más numerosa de Alcalá del Río, y este hecho, lejos de vanidades, nos enorgullece y, a su vez, nos hace asumir una importante responsabilidad.

En la Cuaresma hemos visto cómo la Hermandad de la Vera-Cruz crece en todos sus parámetros y, por eso, asume la mayor de las responsabilidades, tanto social, manteniendo nuestras Obras de Caridad como principal bandera; como devocional, con una gran cautela en los acuerdos de rehabilitación de nuestra Sede Canónica.

Los actos cuaresmales concluyeron con el rezo de las 14 estaciones del Vía Crucis al Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, la noche del Sábado de Pasión. La antesala perfecta para abrir la Semana Mayor de nuestro pueblo. Preparando, a su vez, el espíritu en la Misa de Palmas, nuestra Hermandad participó activamente. A su conclusión, como es tradicional, centenares de hermanos acompañaron a “la campanita”, que despierta el júbilo de los cruceros bajo vítores y cantos dedicados a Nuestros Titulares. Una preciosa tradición que hace disfrutar a los más pequeños de nuestra Hermandad y a aquellos que nos vemos reflejados en sus brillantes ojos; con todo lo que supone para un crucero este momento el Domingo de Ramos, cuando el Santísimo Cristo de la Vera-Cruz y la Virgen de las Angustias, ya están en sus pasos procesionales y todos nos reunimos admirando tanta majestuosidad.

Los pequeños cruceros también fueron protagonistas en la mañana del Miércoles Santo, para preparar el exorno floral del Santísimo Cristo. Una cita obligatoria que nos vuelve a reunir, trabajando en unión, compartiendo la inquietud y ese sentimiento que aflora el día antes del Jueves Santo.

Y llegó nuestro día grande: el Jueves Santo, cuando la Hermandad de la Vera-Cruz realiza su Estación de Penitencia. Este año, la mañana del Jueves Santo amaneció lluviosa, tal y como los partes meteorológicos venían anunciando. Entre los hermanos existía ese desasosiego que adivinaba un Jueves Santo atípico; pero tambieén una gran calma y quietud, a sabiendas de que nuestra Hermandad asumiría decisiones acertadas, sea como fuere la predicción.

Y así fue: retrasando el pasacalles de las Bandas de Música, una abarrotada Calle Ilipa Magna recibía a la A.M. Santa María Magdalena de Arahal, una de las mejores formaciones musicales del panorama; y a la Banda de Música de la Soledad, de Cantillana, con quien se ha creado un especial vínculo. Entre aplausos y una indescriptible emoción, los cruceros comenzamos a disfrutar de una mañana soleada y a rezar ante nuestros titulares en el Ángelus de mediodía.

El comienzo de los Santos Oficios, a las 15:45 h, sin embargo, se produjo entre una gran tormenta por lo que, contando siempre con los parámetros de probabilidad de agua, la Diputación Mayor de Gobierno habilitó la Casa de la Cultura para que los hermanos pudieran salvaguardarse de tan fuerte aguacero. Una vez suspendido el tradicional Paseo, previo a la cofradía, se invitó a los hermanos a que se reunieran en el Edificio Vera-Cruz, rezando juntos y atendiendo siempre a las indicaciones de nuestro Hermano Mayor que anunció, en acuerdo con su Junta de Oficiales, consecuente y coherentemente, una prórroga hasta las 19:00 h, cuando la probabilidad de agua descendía en mayor medida. Hay que resaltar el saber estar de los hermanos y la calma manifestada por el cuerpo de Diputados de Tramo, informando en todo momento y atendiendo todas las inquietudes. Finalmente, en la segunda intervención de nuestro Hermano Mayor, se informaba a los hermanos que la Hermandad de la Vera-Cruz citaba a todos los hermanos a las 20:00 h para realizar la Estación de Penitencia; noticia recibida por una fortísima y emocionante ovación. A esta hora, los ocho primeros tramos de los once del Cortejo del Santísimo Cristo (los hermanos de menor edad), comenzaban a formarse en nuestra Casa-Hermandad, tal y como estaba programado, además del tramo de hermanas mantillas de carro y los Angelitos que acompañan al Simpecado. En tanto que se contaba que una nube pasajera podía descargar en Alcalá del Río -y así fue-, hasta las 21:00 h no comenzaron a marchar los Nazarenos en perfecto orden, dirección a la Plazoleta de San Gregorio. Hora justa a la que la Capilla abrió sus puertas con un emotivo estruendo del cerrojo de la Ermita; los aplausos y alabanzas de los hermanos que esperaban en la Plazoleta emocionaban a propios y foráneos pues, aunque la espera fue corta, las ganas de vivir el Jueves Santo en su plenitud, desbordaba todos nuestros sentimientos.

Abría paso la Campanita, despertando el júbilo de los presentes, una vez la Banda de Ntro. Padre Jesús, de la Algaba, comenzaba el cortejo del tramo de los pequeños de nuestra cofradía. Es digno reseñar cómo la gran multitud de nazarenos tan pequeños ha sabido mantener la compostura y la entereza, a pesar del pronóstico meteorológico y la espera en el Edificio Vera-Cruz. Nos hace sentirnos realmente orgullosos de la educación cristiana de compromiso y amor a la Vera-Cruz que se inculca en las familias cruceras. El recorrido de la Cofradía, con todo el cortejo al completo, discurría por Coronel García-Baquero, Ilipa Magna, Blas Infante, Plaza del Calvario, Hermanos Merchante y Padre Ruiz Páez. Sonaba la banda de la Puebla del Río, para el Stmo. Cristo, y las Mercedes, de Bollullos, tras la Santísima Virgen.

La abarrotada plazoleta y las calles por donde procesionaba nuestra Hermandad le dio a la cofradía un tinte especial, aparte de que era curioso ver este discurrir a la luz de la noche, donde la luna llena comenzaba a dar una luz preciosa, digna de la noche más importante del año: la madrugada del Jueves al Viernes Santo.

A las 23:45 entraba el palio de María Santísima de las Angustias en la Iglesia Parroquial. Es sorprendente cómo en tan poca longitud de recorrido se organizó, discurrió y en perfecto orden y compostura, una cofradía de 1500 personas. Algo realmente complejo, contando con el poco espacio del que disponemos en nuestra sede canónica y teniendo en cuenta que, cuando entraba la Cruz de Guía todavía salían los tramos de Nazarenos de San Gregorio. Aun así, la cofradía anduvo de forma ejemplar.

A la una de la madrugada se rezó el Vía Crucis al Santísimo Cristo para comenzar la procesión de regreso a la Ermita, media hora más tarde de los programado, por lo que se acortó el recorrido, transcurriendo desde la Plaza del Calvario directamente a Blas Infante y posterior Ilipa Magna. La Banda Municipal de la Puebla acompañaba ahora, magistralmente, como siempre, al Palio de Nuestra Señora; la Banda de la Presentación al Pueblo, de Dos Hermanas, al Santísimo Cristo, regalándonos estampas tan memorables como la interpretación de “Angustias”, marcha que se estrenaba tras el Santísimo Cristo, dedicada a nuestra Amada Titular. También es significativo recalcar el acompañamiento de los más pequeños nazarenos en el cortejo del Cristo, que sostenían su cirio con una entrañable ilusión y unas ganas vibrantes; es algo que nos enorgullece. Asimismo, es plausible la actitud de compromiso de los hermanos, creciendo la cofradía en un tramo en el cortejo de Nazarenos del Cristo, pero también, en el Cortejo de Nazarenos de la Virgen, portando cirio blanco.

La madrugada transcurrió también con toda la solemnidad y esplendor que caracteriza esta señera cofradía, tan rica en detalles y tan perfectamente admirable en su conjunto; añadiendo que es, además de la más numerosa, la única cofradía en Alcalá del Río con principio y fin en la Ermita de San Gregorio.

A las 4:45 horas entraba el Palio con gran elegancia, a los sones de la marcha del Maestro Borrego, “Cristo de Vera-Cruz”, compuesta en 1932 al Stmo. Cristo y considerado himno de la Semana Santa ilipense. No cabe más distinción.

Sin duda, aquello que aventurábamos como un Jueves Santo atípico se cumplió en toda regla. Pero no cabe inquietud si existe el sosiego y tranquilidad de que la Hermandad está en buenas manos. Por tanto, solo podemos manifestar una incesante gratitud a todos y cada uno de los hermanos Cruceros que de una forma u otra, participan en la Estación de Penitencia; a la Diputación Mayor de Gobierno y la Junta de Oficiales por su entereza, rigor, cautela, y responsabilidad ejemplar, siempre atentos y consecuentes al cuidado de nuestros Amantísimos Titulares y de su cuerpo de hermanos; y a Dios, Nuestro Señor, por la mediación de Su Bendita Madre, por dejarnos vivir un Jueves Santo histórico.